jueves, 19 de noviembre de 2015

Métodos da metafísica

Antes de entrar en faena, lo primero sería constatar el hecho de que la Metafísica ha sufrido un ataque despiadado e incesante durante más de dos siglos. Hume sometió sus conceptos fundamentales, que son el yo, la substancia, y la causa,  a una crítica destructora. Luego llegó Kant y dijo que la metafísica no podía ser una ciencia. Nietzsche hablaba de la Metafísica como ilusión lingüística, y Freud como síntoma neurótico. Diversas corrientes filosóficas, como la filosofía analítica como el estructuralismo han decretado una vez más la muerte de la metafísica. Frente a esta situación se pueden adoptar tres posturas:

Usar una nueva metodología de la que se ha extirpado los conceptos tradicionales. Aquí posicionamos pensadores que quieren superar la metafísica como neopositivistas o que la han ignorado, como los estructuralistas
Intentar reconstruirla a partir de los elementos aún aprovechables. Aquí se encuentran los pensadores neoescolásticos y algunas tendencias de la hermenéutica y el existencialismo.
Intentar superar-subvertir la metafísica tradicional con un método deconstructivo para que surja un nuevo pensamiento. Aquí se abre la posibilidad de hacer una nueva metafísica.
Sólo un pensamiento problemático, que proponga pregunta más que proporciones soluciones podrá abrir un camino más allá de la metafísica. Quizás salir del ámbito del ser sea posible dando vueltas una y otra vez en torno a la pregunta por el propio ser. El carácter problemático de la metafísica le es consustancial desde su origen. Platón situaba el origen de la filosofía en el asombro frente a lo dado, en considerar un problema lo que para todo el mundo era claro y transparente. Sócrates colaba en la pregunta la base de su filosofía. La metafísica aristotélica es ontología en tanto que pretende establecer un discurso unitario sobre el ser, y es teología en tanto que protología o discurso primero sobre el fundamento separado del mundo. Ambas pretensiones quedan frustradas en Aristóteles, la teología se nos muestra inaccesibles y la ontología como incapaz de sustraerse a la dispersión.

La sistematización y teorematización del pensamiento aristotélico llevado a cabo por la escolástica y la mayoría de los comentadores hasta nuestros días, traiciona el estatuto esencialmente problemático y aporético de los planteamientos metafísicos de Aristoteles, y eso ya lo denunciaba Lenin.

No sólo en Aristóteles, en su dialéctica, encontramos un modelo para nuestra concepción problemática de la metafísica, también en la Crítica del Juicio de Kant podemos ver un tipo de juicio que nos puede ser vital. Kant opone los juicios determinantes y los reflexionantes, los primeros nos permiten pasar de lo universal dado a lo particular que queda subsumido en aquél, los reflexionantes parten de lo particular y deben buscar lo universal capaz de determinar dicho particular dado. Lyotard ha retomado esta problemática kantiana, aplicándola al caso de conflictos que no pueden ser resueltos apelando a una ley común, porque dada la heterogeneidad de los discursos enfrentados no existe ningún principio común a los litigantes. También en la Metafísica nos encontramos con el problema de compatibilizar elementos de muy diversa procedencia y además en la resolución de estos problemas no podemos proceder de forma teoremática, deductiva, a partir de un principio común.

La metafísica como pensamiento problemático más que teoremático, es más un arte que una ciencia. Por ello la metafísica actual supone la renuncia a la pretensión de la metafísica clásica de decir la última (y la primera ) palabra sobre la realidad; más aún, supone renunciar incluso a la pretensión de verdad, dejándola en exclusividad a las ciencias. Según Popper, las afirmaciones metafísicas son compatibles con cualquier estado de la realidad porque no dicen nada acerca de ella. Aunque no admitamos esta postura en toda su radicalidad, sí afirmamos que la Metafísica está referida a la realidad de manera mediata y elástica a través de las ciencias y aunque las variaciones de éstas pueden hacer inverosímiles algunos tipos de Metafísica, ésta por su generalidad y abstracción puede resistir mucho mejor que las ciencias el choque con la realidad.

Diversas concepciones metafísicas son compatibles con un estado de las ciencias dado y la elección entre ellas es más cuestión de prejuicios, de estilo de pensamiento o de gusto estético que de una estricta racionalidad. Hay que considerar que existe una relación profunda entre las posiciones metafísicas y la propia personalidad y visión del mundo.

En la metafísica el carácter creativo de la teoría es fundamental debido a la lejanía y abstracción respecto de la realidad, así como a la dificultad que la constatación empírica tiene en este caso. Generalizando lo que afirma Mannoni podemos entender la Metafísica como una ficción, como el producto de un libre ensayo que genera un mito. Las últimas preguntas, que son precisamente las metafísicas no pueden recibir respuesta científica, y por lo tanto son el campo del mito, eso sí, un mito sobrio y controlado pero mito al fin y al cabo.

Este carácter creativo de la metafísica la sitúa entre la ciencia y la poesía y más cerca de ésta que de aquella

La metafísica desde el punto de vista tradicional se divide en Ontología, o teoría del ser en cuanto ser, y Teodicea o Teología natural. Proponemos mantener los términos clásicos introduciendo ciertos cambios en su significación.

Consideramos la Ontología como una reflexión en torno a las grandes ideas de la Razón, en oposición a los conceptos del Entendimiento, propios de las ciencias. En este sentido la Ontología puede considerarse como una teoría de las categorías. Es cometido de la Ontología construir una explicación última de la realidad, propuesta como una ficción arriesgada e inverificable directamente, que complete y sistematice los datos de las ciencias, necesariamente parciales e incompletos. Esta es la función sinóptica y sistemática de la Ontología, que ordena el conjunto de lo real, al menos de forma tentativa y provisional y sin pretensiones de verdad. El sistema metafísico es un sistema abierto, no referido a las esencias de las cosas, sino a sus circunstancias. Es un sistema preparado para acoger el azar, lo imprevisto. Esta Ontología ha renunciado a la verdad y a propocionar un ser fuerte, abierto al hombre y capaz de servir de fundamento seguro y fijo; el objeto de esta Ontología es un Ser débil, construido por el ser humano, y que más que fundamento es abismo. Nuestra Ontología es pues, descentrada, múltiple, fundada sobre un ser débil, azaroso, más abismo que suelo firme, que somete a los entes a una dispersión y a una errancia continua, a una deriva permanente y sin fundamento o, a lo más, fundada más que en unas raíces, en unas bases, en los márgenes, en una frontera en continuo desplazamiento, ni interior ni exterior.

Respecto a la Teodicea, sus temas fundamentales son el estudio del problema del mal en el mundo y la cuestión del sentido de la existencia humana. El aspecto de Teología natural queda eliminado ya que no es posible decir nada sobre Dios fuera de la fe religiosa. Lo radicalmente otro es la única forma de aludir a Dios dentro de un discurso racional no basado en la fe, como deseo de que no triunfe el asesino sobre la víctima, como esperanza de que los humillados y ofendidos sean redimidos, como recuerdo de todo el sufrimiento humano acumulado que impide todo optimismo fácil. Lo infinito ha sido creado por los hombres para aliviar su radical finitud, su anhelo de apertura a la trascendencia. La Teodicea, reformulada de esta manera, es la afirmación radical de la finitud humana; junto a la esperanza de que esta finitud no sea la última palabra, la verdad absoluta.

El problema fundamental que debe resolver una Teodicea, aparte de dar sentido último a la vida del hombre, es el de la existencia del mal en el mundo. Según Weber, las teodiceas religiosas históricas han respondido a esta cuestión de tres maneras principales:

-Mediante la escatología mesíanica, un redentor divino o humano vendrá y cambiará la forma de vida aquí en la tierra
-Mediante la creencia en el más allá, en el que se compensarán el bien y el mal realizados en la tierra.
-Mediante a noción de transmigración das almas, segundo a cal o mérito e a culpa son retribuídos neste mundo nunha vida futura cuxo nivel ontológico dependerá de como se haxa un portado na última encarnación
O pensamento metafísico non pode renegar dun  método que ha de integrar no seu seo o carácter aporético da pregunta metafísica. O método da Metafísica non pode ser inxenuo e ha de ter en conta a dificultade da súa problemática.

Dado o carácter radical, último e case misterioso das preguntas metafísicas, non dispoñemos dun camiño real, dun método seguro, como noutras ciencias. Máis ben debemos ilo construíndo paso a paso, de forma paralela ao propio proceso do pensamento.

Entendemos o método metafísico como un camiño no sentido que segundo Benveniste ten a palabra sánscrita panthah, que non é simplemente un camiño en tanto que espazo a percorrer dun punto a outro. Implica pena, incerteza e perigo, ten rodeos imprevistos, non está trazado previamente nin corre de maneira regular. É máis ben un intento de franquear unha rexión descoñecida e a miúdo hostil.

Temos a vantaxe de poder dispoñer, por primeira vez en toda a historia da cultura mundial, dunha información  bastante ampla e fidedigna de case todas as tradicións culturais existentes ou pasadas da terra. Isto permítenos confrontar ideas, facer chocar textos, relacionar elementos dispares que despregan  novos significados ao inserirse en distintos contextos.

O método desta Metafísica contemporánea é un método hermenéutico, xa que se concibe como unha arte de interpretación dos textos, buscando a inserción de textos de diferentes procedencias nun  texto último común. Utiliza tamén a indución e a dedución en relación cos datos proporcionados polas ciencias e as artes, pero é fundamentalmente un método analóxico e metafórico. Este carácter aproxímalle á arte e a literatura contemporáneos.

Todas estas características pódense resumir dicindo que é un método estrutural que define unha orde e busca a explicación deste sistema ordenado mediante a construción dunha estrutura, que se supón que corresponde á estrutura real empírica e inteligible que organiza os feitos a nivel subxacente.

A estrutura buscada pola análise estrutural é un soporte explicativo dos feitos, configura o real e ademais é lei de transformacións que permite a súa comparabilidad; a estrutura non é unívoca senón que só ten sentido como un sistema de transformacións que xera todas as posibilidades de configuración que pode adoptar. Este método estrutural non é aleatorio, é rigoroso aínda que sexa anexacto. Á estrutura só se chega mediante un método de aproximacións sucesivas.

É un método propio de sobreviventes máis que de herdeiros, xa que está obtido a partir dos restos do naufraxio da modernidade, máis que recibido mediante a transmisión normal da herdanza da mesma. É un método propio de quen perdeu as raíces da súa cultura,e que se relacionan con ela a través da descontinuidade radical que introduciu a crise que supón a actual civilización nuclear.

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